¿Qué son los tipos de interés?
El dinero tiene un precio y este viene determinado por los tipos de interés. Relacionados con ellos existen una serie de conceptos como el TIN, el TAE o el precio oficial del dinero determinado por los Bancos Centrales.
Los tipos de interés señalan que porcentaje de una cantidad de dinero se ganaría por un cliente que la deposita en una institución financiera o se debería satisfacer a la institución si se tratase de un préstamo. Las instituciones financieras, como bancos y cajas de ahorro, siempre que prestan dinero, no sólo quieren recuperarlo en un tiempo determinado, sino que además cuentan con que el cliente les entregará más dinero del que ellos inicialmente prestaron. Esta cantidad vendrá determinada por el tipo de interés. Igualmente las instituciones financieras señalan un tipo de interés para la cantidad de dinero que sea depositada en ellas y que el cliente ganará.
En relación con los tipos de interés, existen una serie de conceptos que conviene conocer. Se trata del Tipo de Interés Nominal (TIN) y la Tasa Anual Equivalente (TAE).
TAE son las siglas correspondientes a Tasa Anual Equivalente o Tasa Anual Efectiva. Se trata de un indicador que expresa en forma de porcentaje el rendimiento o los costos de un determinado producto financiero. El TAE acompaña al interés nominal en los planes de ahorro, así como en los préstamos hipotecarios y personales. Es más fácil de comprender el TAE, en los productos de ahorro.
Si nuestro banco nos ofrece un plan de ahorro consistente en invertir 1000 euros a un plazo de un año a un interés nominal del 5%, cuando termine el año, nuestros 1000 euros nos habrán producido al final del año un interés de , 50 euros, es decir 5 euros por cada 100 euros que habíamos invertido. ¿Pero que es lo que ocurre si en lugar de darnos los intereses al final del año, nos lo dan en diferentes pagos a lo largo del año, por ejemplo mensualmente, y ese dinero se une al capital inicial para conseguir más intereses? Pues que ese dinero que se une al que ya tenemos, crea también su interés y eso hará que el TAE difiera del interés nominal siendo mayor que este.
La formula del TAE es la siguiente:
TAE = (1 + i / k)^k – 1
i es el tipo de interés nominal anual y k el número de pagos que se efectúen en el año.
El TAE en productos de ahorro
Si depositamos a un año 1000 euros con un interés nominal del 7 %, al termino del año, percibiremos 70 euros de intereses, es decir, un total de 1.070 euros, y el TAE coincidirá con el interés nominal, es decir TAE = 7%. Estamos hablando de interés simple porque los intereses producidos, durante todo el tiempo que se alarga el depósito o plan de ahorro únicamente son producidos por el capital inicial. Pero, si hubiéramos percibido los intereses que genera el capital en pagos mensuales, no habremos recibido al final un 7 % de interés, sino más, porque los intereses recibidos en cada pago mensual, se han unido al capital anterior, generando así más intereses, al aumentar el capital, por lo que al final, los intereses generados no serán del 7%, como dice el interés nominal, sino un porcentaje superior que será el TAE. Ahora estamos hablando de interés compuesto, porque al capital se le añaden o suman periódicamente los intereses producidos. Cuando termina cada periodo de pago, el capital que se tiene es el capital anterior más los intereses producidos por ese capital durante ese periodo. Así si tenemos dos posibilidades de planes de ahorro con un mismo interés nominal y un mismo plazo, será más rentable el que más periodos de pago ofrezca, pues para cada periodo se suma capital (producido de los intereses producidos en ese periodo), al capital anterior. En este caso, si depositamos al plazo de un año 1000 euros con un interés nominal del 7%, y 12 pagos al año de los correspondientes intereses, ¿cuál será el dinero final conseguido? ¿Qué TAE se habrá aplicado?
Aplicando la fórmula tenemos:
7 / 100= 0,07
TAE = (1+ 0,07 / 12 ) ^12 – 1 = 0,0723 , es decir, una TAE de 7,23 %, mientras que el interés nominal era del 7 %.
I = (1000 * 7,23 *12) / 1200 = 72,3 de intereses.
1000 + 72,3 = 1072, 3 euros, de capital al final.
El TAE en préstamos hipotecarios o personales
Cuando hablamos de préstamos hipotecarios o personales, el TAE encierra en sí mucha información, ya que incluye al interés nominal, los gastos y comisiones bancarias y el plazo de la operación, por otra parte no quedan incluidos otros gastos en el TAE. No se incluyen por ejemplo los gastos de tasación de la vivienda o los seguros que son requeridos por la entidad financiera.
Si tenemos dudas de que préstamo firmar entre dos o varios, el TAE es el indicador que nos ayudará, porqué para préstamos con tipos de interés y comisiones diferentes el TAE los homogeneiza convirtiéndolos a un común equivalente anual. De todas maneras, también deberemos estar pendientes de otras consideraciones que no recoge el TAE, como es la posibilidad que un préstamo financiero pueda cancelarse anticipadamente o de la confianza que tengamos con la entidad financiera. También es importante que la cuota mensual a pagar la consideremos adecuada a nuestras posibilidades financieras para poder afrontarla con comodidad. Por otra parte no debemos comparar el TAE de un préstamo hipotecario a interés fijo con otro a interés variable, ya que este último dependerá mucho de la variación que sufra el índice de referencia que se aplique. Si los dos préstamos hipotecarios son a interés fijo, si que será muy útil el TAE, porque el TAE más reducido será el que nos lleve a pagar menos intereses, y por último tampoco hay que comparar el TAE de un préstamo personal, con un préstamo hipotecario, ya que éste último, como comentábamos anteriormente hay muchos gastos que no se incluyen en el TAE.
El precio oficial del dinero. Los bancos centrales. El Banco Central Europeo (BCE)
Los Bancos Centrales determinan el nivel del precio oficial del dinero para el país o conjunto de estados sobre las que ejerce su autoridad monetaria. De esta manera, la Reserva Federal (Fed) decide el nivel de los tipos de interés para Estados Unidos, el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) señala el precio oficial del dinero en Reino Unido y el Banco Central Europeo (BCE) fija el nivel de los tipos de interés para la Eurozona, que está constituida por los países que han adoptado el Euro como moneda oficial. Son sólo unos ejemplos de Bancos Centrales.
En relación con el tipo de interés oficial del dinero, existen unos conceptos que actúan como determinantes de su nivel, como son la inflación, la deflación, el crecimiento económico y la estabilidad de precios.
La función principal del BCE que es la de cuidar y mantener el poder adquisitivo de la moneda y la estabilidad de precios en la zona euro, en otras palabras, controlar la inflación. El BCE define la estabilidad de precios como un incremento interanual del Índice Armonizado de Precios de Consumo para la Eurozona inferior al 2 %. Para calcular este índice, se forma una cesta de la compra con unos determinados productos de consumo, aceite, agua, pescado, fruta, televisiones, etc. El precio de esta cesta de bienes se controla periódicamente y se calcula cuanto ha aumentado o disminuido anualmente. Si el aumento es inferior al 2 % estamos ante una estabilidad de precios. Ahora imaginemos dos situaciones en un mismo país, en ambas hay la misma cantidad de bienes y productos que las personas pueden adquirir, pero en una situación, la gente tiene mucho más dinero para gastar que la capacidad del país para producir bienes y servicios y en la otra la gente tiene una cantidad de dinero disponible para gastar en equilibrio con la cantidad de productos que puede producir el país. En la primera situación hay mucho dinero en circulación, es decir, la gente puede comprar productos a un ritmo muy por encima de la capacidad del país para producirlos, de esta manera, como hay más demanda que oferta, no hay bienes para todos, es decir, escasean, y por ello los precios aumentan considerablemente. Si no hay bienes para todos, es decir poca oferta para mucha demanda, los productos se venden muy rápidamente. Los empresarios, observando que sus productos se han vendido muy fácilmente, suben los precios, pues se percatan que hay mucha gente interesada. Caemos en una espiral de subida de precios. Estamos en esta situación ante un proceso inflacionista. Ahora podemos explicar cual es la función del Banco Central Europeo, y esta es, la de mantener los precios estables. Esto se consigue controlando la inflación en un nivel inferior pero próximo al 2% a medio plazo. Es decir que el Índice Armonizado de Precios de Consumo, o en palabras más sencillas, que la misma cesta de la compra que se elige como estudio no aumente sus precios más de un 2%.
El BCE estudia los riesgos que pueden existir para la estabilidad de precios. Observa indicadores como el crecimiento económico y los precios del petróleo que podrían causar un aumento de los precios a corto plazo y también averiguan la cantidad de dinero en circulación, ya que si hay demasiado los precios pueden aumentar considerablemente y si hay una subida general de los precios estamos ante un proceso inflacionista. Para controlar los precios fija los tipos de interés. Si aumentan los tipos de interés, los bancos suben los intereses al que dejan dinero, es decir habrá que pagar mayor dinero en los préstamos personales e hipotecarios y entonces baja la demanda de dinero, es decir la gente pide menos préstamos porque los intereses son más altos y entonces en general hay menos dinero en circulación, evitando así una subida general de los precios. Con ello se consigue que los precios estén estables y esto genera un clima de confianza en torno al dinero. Esto favorece el ahorro y las inversiones. Las empresas invierten más con lo que aumenta el empleo y se genera crecimiento económico.
El proceso inverso a la inflación es la deflación, y se trata de la bajada general de precios. También es un fenómeno peligroso, ya que la gente dejaría de consumir pensando que posteriormente estarían los mismos productos a precios más bajos e igualmente las empresas dejarían pasar tiempo para efectuar sus inversiones, con lo que aumentaría el desempleo. La deflación es pues también un peligro para el crecimiento económico. Así pues, El BCE controla estos procesos, tratando de conseguir la estabilidad de los precios.
Aumentar los tipos de interés conduce al ahorro. Se piden menos préstamos personales porque se incrementa el interés por el dinero prestado. No hay tanta circulación de dinero, con lo que se reduce o contiene la inflación, ya que si hay mucha liquidez en circulación y la capacidad productiva del país, es decir, la oferta, no puede atender adecuadamente la demanda, los precios aumentan porque como hay menos oferta que demanda, los bienes son escasos y los precios tienden al incremento, con lo que se produce inflación, es decir, un aumento en el costo de la vida y una perdida del poder adquisitivo. Por ello en muchas ocasiones, se comenta que los tipos de interés suben para contener la inflación. Pero por otra parte, hay que saber que el hecho de que el Banco Central Europeo aumente los tipos de interés, significa que sube el interés al que presta el dinero a los bancos, lo que lleva a las entidades financieras a también subir los intereses al que se prestan ellos dinero entre sí y este es el indicar que marca el Euribor, por lo que también suben los intereses en las préstamos hipotecarios. Muchas veces los grandes bancos europeos, cuando sospechan o tienen indicios de una próxima subida de los tipos de interés; antes de que suceda, siendo previsores, ya suben ellos los interés a los que se prestan dinero entre ellos, por ello, muchas veces ante una cercana subida de tipos, sube bruscamente el Euribor.